![]() Arco del Castillo |
Al sur de la provincia leonesa, entre Valdejamuz (N) y Vidriales (S), a Levante de Teleno, discurren las aguas del río Eria, que da nombre al umbroso y fértil valle por él regado, la Valdería (1), la cual se extiende como una franja de verdor, fecundidad y belleza natural separando las provincias de León y Zamora, totalmente rodeada de monte alto con encina y pino como floresta principal, con un fondo de exuberante vegetación frutícola y cultivo hortense. Aparece este conjunto como inesperado oasis entre secos páramos. Algunos autores cantan en el pasado su riqueza natural y su belleza: "(...) críanse osos, jabalíes y otras fieras dañinas, corzos, venados y conejos, y abunda también la caza de perdices y volatería (...) Sus tierras producen el mejor lino del partido (...) Muchos barbos, exquisitas truchas y ricas anguilas..." (2). Podríamos añadir aquí que la mayoría de los atractivos apuntados son actuales; la fama de sus alubias (disputadas para simiente como famosas entre las famosas), el creciente aprovechamiento veraniego del territorio, y, también, que, a pesar de su situación, el clima no es tan extremado como en el resto de la Alta Meseta, sino aliviado por la presencia de abundante flora y la frescura de sus finísimas aguas. |
__________
(1) FERNÁNDEZ NÚÑEZ,
M.F.: "Apuntes para la Historia del Partido Judicial de La Bañeza"
; p. 106 y siguientes: Derechos y Tributos que D. Pedro Ponce
de Cabrera dona al monasterio de Nogales en 1233 "...que le pertenecían
en el valle de Aria (Valdería)". La carta dice Val de Aria y
este nombre se repite más veces en diversos documentos. —Era
mujer de dicho D. Pedro D.ª Aldonza Alfonso, hija de Alfonso IX de
León. D. Pedro era, a su vez, hijo del Conde D. Ponce Vela y nieto
de los fundadores de Nogales. A partir de este matrimonio parece es
cuando esta familia adopta el patronímico de Ponces de León
en lugar de Cabrera.
(2) IBIDEM; p. 9.
(3) P. FLÓREZ: "España
Sagrada". Tomo XVI, ed. 1905; p.222: Obispo Lope "En el mismo año
(1195) consagró la iglesia de Flechares...".
(4) A.H.N. (Archivo Histórico
Nacional): Fondos Modernos del Ministerio de Hacienda, Catastro Ensenada,
libro número 7.454, fol. 11. Diccionario Madoz, tomo VI, ed 1845,
p. 215 —A.H.M.C. (Archivo Histórico Municipal de Castrocalbón);
manuscrito de 1584, tomo 1º.
(*) Recordemos que este documento
fue escrito a principios de los 70.
2. TOPONÍMIA.
Respecto al nombre de Castrocalbón,
hay quien apunta se debe a que por aquí se hacían carbones
vegetales de superior calidad a base de encina, o por fundarla un miembro
de la familia romana Calvo (5); otros aluden a la fábrica
de su primitivo castro, a la bondad de la cal que aquí se fabricaba;
se conjetura también sobre la posibilidad de que lo motive el nombre
de un repoblador mozárabe (6). Han llegado a mi multitud de opiniones
y datos los cuales sería prolijo enumerar y que en nada consistente
parecen apoyar su argumentación.
Creo más probable
que el primer elemento del topónimo, castro, es del latino CASTRUM,
("campamento fortificado"). Castro, como apelativo, subsistió
sólo en gallego-portugués, en sardo y neo-griego. En lengua
castellana queda principalmente reducido a nombre propio de lugar, dándose
así con frecuencia. Se registra como dialectal, ("altura donde hay
vestigios de fortificaciones antiguas"), y la Academia como antiguo, ("real
o sitio donde estaba acampado y fortificado un ejército").
El segundo elemento del
topónimo, calbón, probablemente se trata de un derivado
del nombre latino CALUUS o de una formación celta paralela
y asimilada a él; en cualquiera de los dos casos proviene del radical
indoeuropeo "kelenos" ("calvo"). El derivado CALUUS que aparece
en nuestro topónimo sería CALVONIUS, citado por M.ª
Lourdes Albertos entre los derivados de CALUUS y que esta investigadora
considera como nombres frecuentes fuera de la península Ibérica,
en Aquitania y Campos Decumates. Además, un CALUA aparece
en Córdoba y un CALUUS en Astorga (7).
Así pues, el topónimo
Castrocalbón, en su conjunto, podría interpretarse
considerando su segundo elemento como el nombre de un poseedor, en cuyo
caso aparecería en genitivo: CALVONII, cuyas i finales
pasaron a una sola e: calvone, que se perdió posteriormente,
dando el actual calvón o calbón; todos ellos
pasos perfectamente normales en la evolución fonética del
latín al castellano: CALVONI —> Calvone —> Calvón.
Futuras investigaciones arqueológicas pueden, acaso, proyectar
algo de luz donde hoy todo se presenta bastante oscuro.
__________
(5) BENAVIDES MORO, N.: "Castrocalbón".
(6) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ,
J.: "Las juderías en la provincia de León"; León 1976,
p. 119.
(7) C I L. II, 2652. —GÓMEZ
MORENO, M.: "Catálogo Monumental de España. Provincia de
León"; p.12.
3. PERIODOS PRIMITIVO Y ROMANO
En todo el término
he podido hallar vestigios prehistóricos que se remontan a la Edad
de Piedra; abundan en las cercanías del casco urbano actual y, sobre
todo, los mas remotos, alrededor de los pagos de Casares y Lirba, de óptima
situación (8); la diversidad de vestigios en el castro del Palacio
nos hace pensar en una continuada habitación hasta la llegada de
los romanos (9).
El hallazgo de tégula
romana y otros restos de la época en muchos lugares nos lleva de
la mano a sospechar la abundancia de ricas villas en diversos puntos, seguramente
causa de la proliferación de barrios que posteriormente se datan,
—algunos hoy existentes— los cuales irían naciendo alrededor de
las mismas, siendo lógica razón de ello la bondad ya apuntada
de los parajes. Hoy el núcleo de la villa se asienta alrededor de
la meseta denominada "El Palacio", de la que más adelante hablaremos,
prolongándose hacia el Naciente (10), en la ladera del valle y entre
el Sagral de Abajo y el Sagral de Arriba (hoy tupidos bosques y el de Abajo
alejado del actual caserío, pero al lado de un barrio desaparecido).
Concluimos como evidente
y probada la abundante habitación de estos lugares por el hombre
de la piedra, dado que abundantes son también los restos. Algunos
datos (situación, topónimos, etc.) nos llevan a suponer una
población con importante contingente celta-ligur como elemento principal
de ella en esta parcela asturiana. Pruebas hay de cierta importancia adquirida
durante la dominación romana; en el término estuvo asentada
la Cohors IV Gallorum, y próxima, al lado de Rosinos de Vidriales,
Gómez Moreno sitúa la Legio X * y García Bellido
el Ala II Flavia Hispanorum civium Romanorum*. Cerca de aquí,
acaso en el mismo término, estaba situada Argentiolo (11),
ciudad que se cita en el Itinerario de Antonino como segunda mansión
después de la ciudad de Astorga en la vía XVII.
__________
(8) Del XII Congreso Nacional de Arqueología;
p. 488: "...la economía...varias fuentes naturales en la parte
baja de la ladera permitían el fácil abastecimiento agrícola
...huesos de animales... economía ganadera. Motivos estratégicos,
más en relación con la agricultura y ganadería que
con el defensivo...".
(9) MARTÍN GALINDO, J. L.:
Evolución de los poblados en el actual territorio leonés,
"Archivos Leoneses", n.º 13 de 1953; p. 93: "La vida en los castros
continuó durante toda la Edad del Hierro hasta época romana
avanzada. En muchos de ellos se encuentran monedas romanas".
(10) IBIDEM; p. 94: "Los legionarios
distribuidos por todo el N.O. de España, en la época romana,
harían vida de guarnición y vigilancia estableciéndose
frecuentemente en los antiguos castros de la provincia .Las gentes abandonan
el castro y sitúan el núcleo de población en la zona
agrícola, sin temor ya al asalto de los vecinos...".
(11) Argentiolum, que
así la cita el Itinerario, mansión de la que se ha supuesto
su emplazamiento en más de una decena de lugares, apoyándose
unas veces en topónimos, otras en medidas, en vestigios arqueológicos,
en desvíos de calzadas secundarias que hace suponer su mención
en acusativo, etc. Solamente el suceso de un hallazgo arqueológico
afortunado podría localizar definitivamente su verdadero asentamiento.
(*) Ambos están en lo cierto.
Según se ha verificado después, el Ala II Flavia se
estableció sobre principios del siglo II justamente sobre el solar
que ocupó tiempo antes la Legio X, a poca distancia de Rosinos
de Vidriales. Este enclave arqueológico fue declarado de utilidad
pública en 1981, y unos años después fue vallado y
en él se realizaron diversas investigaciones arqueológicas.
4. EDADES MEDIA Y MODERNA
De época bárbara
apenas hay vestigios (y algunos que existen dudosos), aunque suponemos
nuestras tierras como límite, o proximidad a él, entre los
reinos suevo y visigodo.
Sería de sumo interés
un estudio detenido de los encañados existentes en los Casares y
los estanques empedrados de Lirba y La Viñona (en la falda del Palacio),
que junto con la fábrica del castillo, el hallazgo de monedas árabes,
el nombre de Jarabel (hoy barrio de Jarambiel), la factura morisca
del Salvador, etc., nos lleva a creer que la estancia agarena y su influencia
por estos territorios no debió ser, además de tan corta como
se viene suponiendo, falta de importancia (12).
También está
documentada la existencia de una aljama o barrio judío (13), aunque
no he logrado localizar su emplazamiento.
Teniendo en cuenta lo antedicho
sobre la estancia árabe y también la donación de terrenos
de ésta por Ablabel Codesteo y su mujer Guntrodo al
monasterio de Sahagún en el año 983, veremos que si estuvo
despoblada esta parte fue por un período relativamente corto; creo
sinceramente no existió nunca un abandono total de pobladores (14),
y que esta dudosa ausencia de gentes no influye para la denominación
del valle, observación que hago en razón de que algunos aficionados
a la investigación atribuyen al nombre Valdería una
derivación toponímica emparejada con "valle vacío"
o "valle de valde", giro este último que por aquí
se da a los pagos yermos. De tal guisa este sería el nombre que
debió de darse a la mayoría de las tierras comprendidas entre
la Cordillera Cantábrica y el río Duero, puesto que yermos
estaban en su casi totalidad, según se nos noticia, desde el reinado
del primer Alfonso (739-757) y siguientes. Y digo en su mayor parte, porque
me afirmo en la creencia de que hubieron de quedar núcleos poblados
por gentes que tanto les daba tributar a un bando o a otro, ya que su situación
era bastante parecida con respecto al trato recibido del señor,
y teniendo en cuenta la señalada riqueza de estas tierras, sospecho
cómo esta parte debió ser uno de estos núcleos; además
es entre el 751 y el 753 cuando realmente comienza el éxodo árabe
hacia el Sur, por la falta de cosechas debido a la sequía, y no
es posible que este hecho acarree aquí tan graves medidas cuando
hay agua en los más pertinaces estíos. Veamos cómo
por el 790 Alfonso el Casto repuebla con mozárabes y llegaremos
a concluir que el vacío por aquí, de existir, fue un período
tan nimio de tiempo que no pudo motivar la denominación del valle.
El Padre Flórez recoge
el nombre kastro al relacionar villas e iglesias astorganas, y puede referirse
al lugar de Castrocontrigo o a ésta; en la misma relación
menciona Valesteros; Ballesteros es nombre actual de la vega al
otro lado del río, Sur del pueblo, que en su parte Oeste limita
con el despoblado de La Marcilla (15).
La primera cita documental
del nombre Castro calvone sitúala Gómez Moreno en
1084. El Obispo Pedro Crisanto, pariente del conde Ponce de Cabrera,
poseía rentas aquí por 1153; Doña María
Vela, que fue monja y abadesa, tenía también heredades,
y era hija de D. Vela Gutiérrez y Doña Sancha Ponce,
los cuales fundaron el monasterio de Nogales en 1150, cuyo monasterio asimismo
disfrutaba de bienes en esta jurisdicción.
El 16 de agosto de 1156,
por cesión e instancias de la Condesa Doña María,
mujer de D. Ponce, el rey concede a Castrocalbón un importante
fuero, el hecho nos muestra la preponderancia alcanzada por la villa en
esta época y da cuenta de la consideración que merecía
para el soberano leonés. Este fuero está en su mayor parte
extraído del fuero de la ciudad de León, aunque tiene capítulos
particulares. Los servicios prestados por esta villa al monarca y su importancia
para el acontecer histórico de aquellos tiempos, serían sin
duda los factores que llevaron a la promulgación de tan importante
prerrogativa, que pone a Castrocalbón entre las villas de más
pujanza y esplendor del Reino de León (16).
En el año 1237, Doña
Aldonza Alfonso recibe en arras de su marido D. Pedro Ponz, parte
de los diezmos que éste poseía aquí. Por estas fechas
ya debían estar aquí los templarios (17). La proximidad de
la iglesia templaria del Salvador al castillo del Palacio y el hecho de
que esta orden, cuando constituían una comunidad, solía poseer
fortaleza, nos hace creer que tal castillo fue habitado por ellos y era
el convento documentado. La venida del Temple debió traer consigo
la paulatina decadencia del influjo que en la villa tenían los nobles
con posesiones en la misma, aliviado ya por el fuero.
En 1339 se despacha un traslado
de carta dada a petición del alcalde de Castrocalbón (18).
Por el año 1387,
Martín Vázquez y Juan Fernández Pacheco
saquean la villa y se llevan ganado para Benavente, después de haber
vencido la resistencia de los vecinos. Tengamos en cuenta que con la liquidación
de la Orden Templaria llegó la expropiación de sus bienes;
según se deduce de datos posteriores estos bienes pasaron aquí,
al menos en parte y entre ellos el castillo, a manos del Conde de Benavente,
y los derechos de diezmos del Prelado templario al Sar de Santiago.
Lo más seguro es que, a partir de 1312, la villa quedó desguarnecida
de pronto y esto facilitó el mencionado saqueo. Pasado el tiempo,
se ven documentados nombres de oficiales del Cuarto de Castrocalbón
(19) y quizás, después del ataque, ante la debilidad
defensiva de una población en la que parece había derechos
de más de un señor y que sólo poseía como protección
las libertades y prerrogativas de su fuero y el alejado poder real, se
pensó crear en ella una guarnición que, más tarde,
pasó a ser el hecho real de dicho Cuartel.
Aparte de estas noticias
que nos son dadas por Hernán de Castro, sabemos que en 1591
domina en parte estos lugares D. Alfonso Enríquez
(20) y hasta época reciente se menciona el señorío
de la Casa de Alba de Liste, cuyo título fue otorgado por
el rey Juan II en 1459 a D. Enrique Enríquez de Mendoza,
uno de los hijos del Almirante de Castilla, hermano de la madre
del Rey Católico.
El señorío
de los Ponce parece que pasa a la Casa de Medinaceli por habérselo
dejado en arras a la condesa D.ª lsabel de la Cerda su primer
marido D. Ruy (o D. Rodrigo) Pérez Ponce en testamento otorgado
en 11 de marzo de 1339: por permuta con las villas de Deza y Cihuela, que
se incorporan a los estados del Duque de Medinaceli, van a parar éstos
a la Casa de Frías: en el A.H.M.C. podemos ver en varios
manuscritos del S. XVIII cómo a veces recaen en una misma persona
los títulos de Duque de Frías, Conde-Duque de Benavente
y Conde de Alba de Liste.
La cantidad de población
y la diversidad de industrias (fundiciones, herrerías, curtidores,
caleros, carboneros, etc.) nos dejan ver la prosperidad, pujanza y cierta
autonomía económica de nuestro pueblo, debidas también,
sin duda en gran parte, a las prerrogativas y exenciones que el ventajoso
fuero daba a su promoción.
De los archivos municipal
y parroquial se pueden extraer otros muchos datos, como los nombres de
los últimos condes de Alba de Liste, alcaldes, corregidores, vicarios,
oficiales del Cuartel, guardas mayores y menores, mayordomos de iglesias
y cofradías, notarios, escribanos, alguaciles, etcétera,
que de relacionarse harían estas notas demasiado extensas.
__________
(12) IBIDEM: "...la dominación
árabe no debió ser tan corta como se cree".
(13) FERNÁNDEZ NÚÑEZ,
M. F.: Ob. cit.; p. p. 104-105, los judíos en el Partido "...lugares
que habitaron durante muchos años y en los que gozan de gran predicamento
son los pueblos de Palacios, Laguna de Negrillos, Alija y Castrocalbón...".
(14) LÓPEZ SANTOS, L.: Toponimia
de la Diócesis de León, "Archivos Leoneses n.º 1"; p.
34: "...es difícil pensar que ciudades repobladas... se encontraran
del todo desiertas. Las guerras modernas no ceden a las antiguas
en ferocidad y, sin embargo, es normal que los habitantes, resistan en
sus casas el paso de los dominadores. Sobre todo los núcleos campesinos
están tan profundamente ligados al terruño que, para muchos,
perder la vida no es tanto como perder la tierra y el hogar; y si los ahuyenta
la proximidad de la lucha, retornan en cuanto se aleja el rumor del combate...".
(15) P. FLÓREZ: Ob. cit.; p.
449: "Villae & clientes ad Astoricensem Ecclesian pertinentes numerantur.
Era 1065. ann. 1027. ...quo Adefonso V. lubente census est factus...foris
Reginatio Valesteros...Santa Eulaliae ab integro..., & Kastro ab integro,
foris comitatio...Valle juxta Castro de terra ab integro... ".
(16) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ.
J.: Ob. cit.; p. 119, en su comentario del fuero dice: "...donde el
nombre de la población es, invariablemente, Castro Galuon”.
Mediante su texto comprobamos la existencia normalizada de una típica
estructura señorial, con mercado público en los lunes de
cada semana, un núcleo considerable de "agarenos" e importantes
grupos gremiales de vinatarios, carniceros y panaderos, sometidos a la
regulación y autoridad del concejo —concilium—, bajo la vigilancia
y decisión última del cabildo de San Salvador.
(17) A.P.S. (Archivo Parroquial del
Salvador), "Real Carta Ejecutoria"; fol. 68 v. En los Prolegómenos
—IX— de la obra del Sr. Fdez. Núñez, adjudica a los templarios
Veguellina y territorios de la Ribera, sin mención de ésta.
(18) NIETO GUTIÉRREZ, A.: "Catálogo
de Documentos del Archivo Municipal de León"; nº 73:
Testimonio del excusador Gonzalo González, de un traslado de carta
inserta al nº 71 (de Alfonso IX) dada a petición del Alcalde
de Castrocalbón, Domingo Macía. —Papel original de 340x310
mm., expedido en Castrocalbón el 19 de abril, era 1377, año
1339— Nº 71: pergamino org. 310x317 mm. con sello de plomo.
(19) FERNÁNDEZ NÚÑEZ,
M. F.: Ob. cit.; p. 97: "...hijo de dicho matrimonio es D. Gaspar Núñez
de Losada, capitán de milicias del cuarto de Castrocalbón,
que por ser caballero hijodalgo el más conocido de los lugares de
dicho cuartel, fue preferido y honrado del rey D. Felipe V, con el título
de dicha bengala...cuyo empleo ejerció hasta 1709...". —También
los archivos parroquial y municipal documentan el nombre de más
oficiales.
(20) FERNÁNDEZ NÚÑEZ,
M. F,: Ob. cit.; p. 126: "Los Concejos de Castrocalbón, Valdería
y Bolaños y los otros vasallos que son del Conde D. Alfonso Enríquez...Vecinos
=567. Pecheros =550. Hidalgos =6. Clérigos =11. Frailes =0".
5. CUESTA ABAJO
Sí, hoy no es Castrocalbón
ni la sombra de su pasado; de las prósperas y numerosas villas que
se esparcían por todo el término sólo quedan vestigios;
los quinientos vecinos que constituían su población hasta
hace treinta años*, hoy se encuentran reducidos a la mitad. La importancia
que tuvo en otros tiempos se ha truncado y ahora es, apenas, una casi ignorada
aldea, llena de problemas que se olvidan para su justa solución.
Aunque este fenómeno es muy corriente en la época actual,
creo sinceramente que aquí no hubo causas insalvables ni tiene por
qué ser tan acentuado.
La decadencia da comienzo
desde antiguo; las causas son complejas y, si unas veces son externas,
muchas tienen su principal origen en el interior.
El saqueo, que arriba dejo
anotado, realizado por las gentes de Benavente, es un leve indicio que
parece querer reflejarnos el mal trato sucesivo que esta villa va a recibir
desde fuera. Otra causa que debemos apuntar son las pestes que ayudan a
despoblar territorios, aunque vemos una temprana recuperación en
cuanto a demografía se refiere. Creo que la Guerra de la Independencia
fue una de las causas exteriores principales y acaso la que más
acentúa o precipita la pérdida de preponderancia de Castrocalbón:
sin duda al asentarse las tropas gabachas en La Bañeza, ésta
logra una mayor influencia, que ya venía en creciente, sobre la
jurisdicción de otros lugares y con detrimento de los que como Castrocalbón
se veían además azotados por continuos saqueos y requisas
(abunda la documentación) de las tropas enemigas, y mermados en
su productividad a causa de la fuga de la juventud para luchar contra el
odiado invasor.
Pero el abandono hay que
considerarlo desde dentro, principalmente. La apatía de muchas gentes
de esta localidad hacia las causas que puedan incidir en su decadencia
y a procurar realizaciones constructivas que la eviten, e incluso la superen,
es evidente y se viene dando, al igual que hoy, desde antaño; las
pérdidas insustituibles (de fundaciones, de obras pías, desbarajuste
administrativo, pérdida de bienes de instituciones, pérdida
de bienes artísticos, pérdida —por indolencia o destrucción—
de monumentos, pérdida de...) son miradas por los lugareños
con el clásico encogerse de hombros que no sabemos dónde
va, pero sí adónde, desgraciadamente, llega.
Es la década de los
setenta la que está planteando unos problemas superlativos, de cuya
solución depende el futuro. Yo mismo he visto despoblarse varios
barrios. La decadencia se acentúa y debemos hacer lo imposible para
contenerla e incluso procurar el logro de "un nuevo amanecer" de progreso
para este solar. Este afán me ha impulsado también a escribir
las presentes líneas, pues creo firmemente que el progreso y el
bienestar son la verdadera revolución, y que, como el árbol
con su tronco, ramas y flor, sus raíces, para ser fuertes, han de
verse alimentadas con el abono de la sana y santa tradición, legado
de nuestros mayores.
Maximino DESCOSIDO FUERTES
__________
(*) El autor se refiere a la década de los
40.